Un hombre muy pobre, después de mucho trabajar, consiguió acumular un saco entero de grano. Se sentía orgulloso de sí mismo, y cuando llegó a casa, cogió una cuerda y colgo el saco de una viga para que estuviera a salvo de ratas y ladrones. Una vez allí colgado, de dispuso a dormir justo debajo para mayor seguridad. Mientras yacía acostado, su mente empezó a divagar: <<>> Al pasear su mirada por el cuarto, divisó atráves de un ventanuco cómo ascendía la luna.
<<¡Qué signo más auspicioso!>>, pensó. Ese sí que es un buen nombre. Lo llamaré <>. Ahora bien, mientras él se dejaba llevar por sus fantasías, una rata logró trepar hasta el saco de grano y royó la cuerda que lo sostenía. En el preciso instante en que brotaban de sus labios las palabras <>, el saco cayó del techo y lo mato al instante. <>, lógicamente nunca llego a nacer.
Una pequeña reflexión acercá de lo peligroso que es el -estúpido ejercicio de especular-. ¡Saludos!
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